Se trata del concepto acuñado por la activista y socióloga Judy Singer (1998) quien reivindica la Neurodiversidad como los distintos estilos cognitivos y las diferencias neurológicas que existen entre los individuos no son necesariamente síntomas de discapacidad sino que existen diversas maneras de operar cognitivamente que pueden ser válidas al mismo tiempo. Esto es la neurodiversidad como biodiversidad neurológica. Teniendo en cuenta esta amplia variedad, existen algunas personas que comparten más características entre ellas y siguen un desarrollo neurológico que puede considerarse “típico” y en consecuencia, se las llama “neurotípicas”. Así mismo, cabe destacar que existe un porcentaje más reducido de población que comparte un desarrollo neurológico diferente a la mayoría, a estas personas se las define como neurodivergentes. Dentro de este colectivo, hay personas con autismo, TDAH, dispraxia, dislexia, etc.

Fuente: www.itasaludmental.com

En este ámbito colaboro con la sexóloga y psicóloga especialista en inclusión social Inma Ruiz de Lezana.